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A OSTEOCONDRITIS DISECANTE
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Por Karen Caesar y cortesía de la R.A.C.P.
El articulo que aparece aquí es por cortesía del Club Francés del Perro de Terranova. Es interesante por tres razones:

Alain Pecoult
Presidente de la R.A.C.P.

La osteocondritis disecante (O.C.D.) es un síndrome de la articulación inmadura que se caracteriza por un espesamiento anormal del cartílago. Existe a menudo un desgarro del cartílago, o verdaderos desprendimientos como si fuesen hojas. También podrá haber fragmentos flotando libremente dentro de la articulación llamados "ratoncitos".

Encontramos la O.C.D. en las razas de crecimiento rápido de más de 30 kgs. Es generalmente admitido que el Terranova es una de las razas tocadas. Los Terranovas son considerados como una raza de riesgo elevado pero no están entre las razas afectadas más a menudo. La O.C.D se estima sobre una escala de 1 al 4, 4 sería el caso más grave. El Dr. Wind de la universidad de Dàvis a California, estima que un Terranova es a menudo un caso 3 cuando es afectado. La O.C.D. aparece entre los 3 y 12 meses, a menudo antes de los 7 y raramente después de los 12. Los machos están afectados de 2 a 5 veces más que las hembras.

Articulación normal
Articulación con steocondritis dissecante

Se habla a menudo de la O.C.D. com de una forma de displassia del codo de la misma manera que la fragmentación del proceso coronoide (F.C.P.) y la no unión del proceso "anconé" (U.A.P.) La F.C.P. y la U.A.P. no pueden sobrevenir más que a nivel del codo en razón de la parte específica del radio y del cúbito afectado. La O.C.D., sin embargo, se puede producir sobre diversas articulaciones: el codo, la espalda, el corvejón, la rodilla o el tarso. Hay quien piensa que si la O.C.D. existe sobre una articulación, se puede encontrar igualmente en las otras. El Dr. Tobias de la universidad del estado del Mississipi piensa que la O.C.D. y la F.C.P. están estrechamente ligadas y aparecen a menudo conjuntamente. Algunos investigadores piensan que la U.A.P. es extremadamente rara en el Terranova. Varios artículos han indicado que en la mayoría de las razas, la espalda es la articulación afectada más a menudo por la O.C.D. No obstante, según el Dr. Wind cuando aparece en el Terranova es a menudo en el codo.

Está generalmente admitido que la O.C.D. es bilateral en la mitad de los casos.

Se piensa a menudo que la O.C.D. es un estado patológico, una enfermedad del desarrollo. El Dr. Mostosky de la universidad del estado de Michigan hace unas puntualizaciones en este sentido después de 30 años. Según él, la gran cuestión es: ¿de donde parte la enfermedad?, ¿del hueso o del cartílago?. No hay una respuesta clara pero hay indicios que el hueso estaría afectado antes que la enfermedad se extendiera al cartílago. El Dr. Wind piensa que la O.C.D. del codo es un problema mecánico y no una verdadera enfermedad. Dice que la O.C.D. del codo se produce cuando el proceso coronoide medial del cúbito se encuentra demasiado alto en relación del desarrollo del cúbito entre el cuarto y el sexto mes. Esto ocasiona una presión mecánica sobre la presencia medial del condilio húmeral de manera que la troclea no se adapta perfectamente a su alrededor. Que se trate de una enfermedad o de un problema mecánico, poco importa, la O.C.D. toca a nuestros Terranovas.

Los síntomas de la O.C.D. varían en función de la articulación y van de una ligera anomalía del movimiento a una limitación grave de la motricidad. La articulación tocada puede estar hinchada pudiendo haber cojeras intermitentes, una reticencia a cargar el peso sobre la articulación, o crujidos y dolor al manipularla. Los síntomas pueden aparecer y desaparecer en función de la actividad más o menos intensa del perro. También, puede no tener ningún de estos síntomas clínicos. Un perro puede llevar una vida relativamente inactiva, hacer carrera en exposición, y reproducirse de manera que el criador no supondrá la existencia de la O.C.D. en él. El mismo perro si lleva una vida activa de correr por los campos o arrastrar un carruaje en un desfilada, se revelará cojo.

Delante de estos casos tendremos que analizar y si cabe establecer, el diagnóstico de la O.C.D. La primera cosa que vuestro veterinario buscará son los signos clínicos, si los hay. Se impone un examen físico exhaustivo con manipulación de todas las articulaciones. El diagnostico incontestable se hace por radiografías. Todas las articulaciones sospechosas tendrán que ser radiografiadas bilateralmente, aún que alguna de ellas no tenga síntomas. Hará varios clichés con ángulos distintos de cada articulación, 4 al menos para el codo. Los desprendimientos de cartílago y los "ratoncitos" calcificados aparecerán claramente sobre las simples radios, así como los signos de enfermedad degenerativa de la articulación. Sin embargo, si la O.C.D. no está avanzada y si los desprendimientos y los "ratoncitos" no están calcificados, no aparecerán y se tendrán que hacer unas artrografías. El Dr. Mostosky ha estudiado los diversos métodos de diagnóstico de la O.C.D. Según él, la radiografía clásica no revela más que del 50 al 60% de los casos y que las imágenes de R.M.C. (resonancia magnética nuclear) eran más precisas que las radios normales, pero decepcionantes. Actualmente se utiliza un "Cat Scan" y estima cerca de un 100% la tasa de eficacia y espera que este método permitirá diagnosticar la O.C.D. con más fiabilidad.

La causa de la O.C.D. es, sin duda, plurifactorial, implicando todos o parte de los factores siguientes: genética, nutrición, influencias hormonales, traumatismos e isquemia (irrigación insuficiente de una determinada zona). Numerosos expertos concuerdan en decir que la genética juega un papel muy importante y que es un factor poligénico que entra en juego. Estas ideas están confirmadas por dos estudios recientes, el uno hecho en Noruega el año 1991, el otro hecho en Gran Bretaña el año 1990. Otras pruebas salen de los datos presentados en la conferencia mundial sobre pequeños animales de compañía en Austria el año 1991 y proceden del estudio de la reproducción en labradores machos y hembras afectados de O.C.D. y de F.C.P. bilaterales. Diecisiete de 21 cachorros salidos de estos cruzamientos tenían uno o los dos codos afectados de F.C.P., o de F.C.P. y de O.C.D. De acuerdo con otros expertos, el Dr. Tobias de la universidad del estado de Mississipi y el Dr. Smeak de la universidad del estado de Ohio piensan que además de la genética, la nutrición podría jugar un papel activo en el desarrollo de la O.C.D. Según ellos, es muy probable que un exceso de alimentación, de alimentos industriales muy ricos en proteínas, y una suplementación de calcio, jueguen un papel importante. Las influencias hormonales son también sospechosas pués los machos son mucho más tocados que las hembras. Ciertos expertos, piensan sin embargo, que esto se debe al hecho que el macho se desarrolla mucho más rápido y alcanza una talla mucho más grande que la hembra. Otra teoría, bien que menos generalmente admitida, dice que el perro podría estar predispuesto genéticamente, y solamente habría manifestación de la enfermedad después de un traumatismo de una articulación. Sin duda es prudente considerar que todas estas teorías tienen algo de verdad, pués actualmente no hay certezas absolutas.

Es posible ofrecer a nuestros Terranovas una cierta protección contra la O.C.D. Nosotros podemos evitar alimentarlos demasiado. Numerosos expertos, como el Dr. Tobias y el Dr. Smeak, recomiendan un ritmo de crecimiento lento para las razas grandes. Es por esto que desaconsejan alimentar a los jóvenes con los alimentos para cachorros por su elevada tasa de proteínas. Ellos piensan que debería dárseles un alimento de mantenimiento de adultos. El Dr. Tobias aconseja asegurarse que la etiqueta lleve la mención "alimento perfectamente equilibrado para perro adulto". Añade que si la etiqueta lleva esta estampilla, el precio de la marca no ha de importar. Un suplemento de calcio no es necesario y puede dar lugar a anomalías del esqueleto hacia la O.C.D. Desaconseja también las aportaciones de vitaminas y minerales suplementarias. Según él, son inútiles si el perro está bien alimentado, y por otra parte, pueden tener efectos nefastos. Se ha de evitar que nuestros cachorros estén gordos y que hagan demasiado ejercicio entre los 2 y 6 meses, período de desarrollo más rápido. Esto evitará posibles traumatismos.

Casi todos los expertos consultados piensan que una cría racional hará retroceder la incidencia de la O.C.D. Pero debido a su carácter poligénico, parece probable que no se podrá eliminar completamente. Vemos aquí unas recomendaciones para la cría extraídas del articulo 9 de la revista "Sources":

· Nunca reproducir con sujetos afectados.
· No criar de nuevo con los padres de los animales afectados, ya sea entre ellos o con otros individuos.
· No criar con los hermanos de los animales afectados.
· No criar con los descendientes de los individuos afectados.

Todo esto se aplica a los parientes de primer grado, ya que son susceptibles de tener genes en común y transmitir la enfermedad. Cada vez que sea posible se evitará utilizar un reproductor que tenga afectado un pariente de segundo grado. No se ha de creer que los parientes hembras de un sujeto afectado son más "seguros" que los machos. Una hembra aparentemente sana puede muy bien llevar y transmitir los genes de la enfermedad. Si los genes están dentro del genoma de un descendiente macho, el riesgo de manifestarse la enfermedad es más grande que si se trata de una hembra.

Estas reglas no eliminaran el problema pero es un camino práctico que los criadores podrán tener en consideración.

Existen en los E.E.U.U dos libros de registro de problemas de codo para permitir una evaluación normalizada de esta articulación y dar los medios a los criadores para identificar a los perros que no serán autorizados a reproducirse. Éstos son: la O.F.A. (Orthopedic Foundation for Animals) y el G.D.C. (Institute for Genetic Disease Control in Animals). La O.F.A. no trata particularmente la O.C.D. pués no aparece a menudo en las radiografías normales, pero si tiene referencias, ella es localizada. La O.F.A. cobra por sus servicios aunque la articulación sea normal o no. Cuando los codos son juzgados normales sobre los sujetos de al menos 2 años, se le adjudica un número y se da conocimiento a los clubs de raza interesados. Los codos anormales solamente son señalados al propietario y a su veterinario y no se identifican.

El G.D.C. registra a la vez a los animales normales y aquellos que están afectados. El Dr. Wind, fundador del G.D.C. estima que esta es la única manera de asegurar que una hembra o un macho produzcan regularmente los codos sanos. Tomemos el ejemplo siguiente: un macho ha producido 100 cachorros en varias camadas. Debido a que los cachorros sanos y afectados han sido registrados, se sabe que solamente el 40% de los cachorros están sanos. Este semental ha producido el 40% de sujetos sanos. Este no es muy bueno y será sin duda razonable no hacerlo servir como semental. Este sistema permite a un criador consultar el conjunto de la genealogía de un perro. Los derechos de lectura de perros afectados son reembolsados. El registro de camadas enteras se fomenta con un "precio de grupo". En este caso, no es reembolsable. Un perro puede estar certificado por el G.D.C si tiene al menos 1 año y se juzga normal. El G.D.C. es un registro de libre acceso porque proporciona información a toda persona que desea eliminar una tara genética en un criadero o una raza. Este género de registro se inspira en registros suecos y noruegos que se han revelado eficaces en la disminución de la incidencia de los problemas del codo y de cadera.

Como hemos visto, la O.C.D. no puede ser evitada totalmente lo que nos lleva a preguntarnos que podemos hacer cuando aparece en un perro. Todas las autoridades no están de acuerdo sobre los tres métodos de tratamiento avanzados: confinamiento, ejercicio moderado o cirugía. El Dr. Mostosky piensa que el ejercicio empeorará las cosas y recomienda la calma y el confinamiento durante un cierto tiempo para evitar todo empeoramiento y facilitar la curación. Según él, sólo el 20% de los perros afectados se rehacen con la cirugía. Esta se impone en el caso de "ratoncitos" y desprendimientos. Varios expertos adoptan esta opinión si los cachorros tienen menos de 6 meses, que la O.C.D. no sea grave y que los signos clínicos sean fiables. Ningún ejercicio en total libertad antes de 6 a 8 semanas después de la curación, y será preciso hacerlo después de manera progresiva. Otros preconizan un ejercicio moderado para ayudar a la reabsorción natural de los desprendimientos. Piensan que esto no se producirá si no hay presión de las superficies de la articulación, presión que el reposo no permitirá. Ellos esperan que el trozo después se separará y se alojará en una zona que no soporte el peso, no causando entonces problema. Otra idea consiste en confinar el animal durante la fase de desarrollo de la O.C.D., es decir, antes de los 7 meses, seguido de un período de actividad para arreglar la lesión formada. La utilización de corticoides y de antiinflamatorios no esteroides conjuntamente con los tratamientos que hemos dicho es igualmente controvertida. Estos medicamentos reducen efectivamente el dolor y la cojera, pero no facilitan la curación. Hay quien piensa que si se utiliza el método de actividad limitada no hará falta utilizar los medicamentos porque se aliviará el dolor, lo que alentará la utilización de la articulación. También, si se utiliza la teoría del ejercicio moderado, sin duda se aliviará el dolor.

Varios veterinarios están de acuerdo en que si los tratamientos mencionados no van bien, la cirugía es la alternativa y se revela generalmente necesaria para la O.C.D. del corvejón o del codo. Otros, numerosos, piensen que cuando más pronto se opere, mejor será para eliminar la cojera y evitar o reducir la enfermedad degenerativa de la articulación. Varios tipos de cirugía son recomendables, algunos más pesados que otros. Varios de los artículos citados en "Sources" tratan estos diferentes métodos en detalle y discuten las ventajas y los inconvenientes respectivos. En ciertos casos, raros, serán necesarias varias operaciones sobre la misma articulación en función de la dificultad en localizar todos los "ratoncitos". Cuando es necesario operar los dos lados, unos proponen hacerlo en una sola vez para limitar la progresión de la enfermedad, otros prefieren esperar la cicatrización del primer lado antes de hacer el segundo, 6 o 8 semanas más tarde. La mayor parte de los especialistas están de acuerdo sobre las atenciones post-operatorias que deberán consistir en un confinamiento de dos semanas y un retorno progresivo a la actividad normal de las 2 a las 4 semanas. Una limitación prolongada de la actividad después de una intervención quirúrgica no parece necesaria.

El Dr. Smeak piensa que el pronóstico depende del emplazamiento de la O.C.D. Dice que la cirugía utilizada sobre la espalda produce regularmente excelentes resultados y muy pocas complicaciones. Sin embargo, en el caso de la O.C.D. del corvejón la cirugía no da generalmente mejores resultados que la no intervención. El pronóstico sobre la rodilla es bueno y sobre el codo los resultados son medianos. Para el Dr. Smeak, cuando más grandes son los "ratoncitos" o los desprendimientos y cuando más están situados sobre las superficies que aguantan el peso, el pronóstico es menos favorable. El Dr. Tobias piensa que la precocidad quirúrgica y la edad a la cual se interviene no afectan para nada el pronóstico.

Pero, sobre todo, los expertos están de acuerdo en decir que en cualquiera de los tratamientos empleados, se producirá, un día u otro, una enfermedad degenerativa secundaria sobre la articulación tratada. Esto se explica porque en donde la O.C.D. es tratada quirúrgicamente y se cura, el cartílago original es reemplazado por un cartílago fibroso que no vale como el original. Él se disgregará y provocará una artritis. El Dr. Mostosky dice que la artritis puede no ser delatada en una radio después de la curación de la O.C.D., pero se acentuará sobre el perro de 7 u 8 años. Se puede tratar normalmente modificando el ejercicio y dando calmantes a medida que el perro envejece.

Todo el mundo parece estar de acuerdo en decir que la O.C.D. no afecta necesariamente la esperanza de vida de nuestros Terranovas, o sus cualidades com perros de compañía.

 
JOAN FERRER i SIRVENT
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